Lluvias, consecuencias y las responsabilidades
Las consecuencias de las intensas lluvias que se dieron en la ciudad de Arequipa el pasado viernes 8, merecen que se analice el comportamiento y las responsabilidades de diferentes instituciones públicas y privadas. No hacerlo es inmoral, aunque se dirá que lo más importante es mirar hacia adelante y superar la desgracia.
Municipalidad Provincial de Arequipa: La mayoría de críticas de la población son en contra de la MPA, en la persona de su alcalde Alfredo Zegarra Tejada. Se le responsabiliza directamente que los intercambios viales están demorando mucho tiempo su ejecución; que no existe dedicación para mejorar la calidad de la infraestructura pública (calles, veredas bermas, torrenteras, alcantarillado); que no se han tomado las medidas preventivas para enfrentar el periodo de lluvias; que existe una mediocre gestión por ausencia de técnicos y profesionales calificados en la gestión municipal; hasta se le responsabiliza por la muerte de 6 personas por negligencia funcional e incapacidad.
Municipalidades Distritales: Excepto 3 ó 4 municipalidades, la mayoría no tiene planes de contingencia frente a desastres naturales; la población aledaña de zonas de riesgo (torrenteras) no está organizada y preparada; se han permitido habilitaciones urbanas en el recorrido de las aguas; se les responsabiliza por haber permitido la reducción de los cauces de las torrenteras.
Gobierno Regional: Se le responsabiliza de inacción y falta de prevención frente a fenómenos naturales; no se percibe liderazgo y proactividad. El cogobierno con los “líderes locales” solo ha traído la desarticulación del tejido social, así como corrupción y mercenarismo.
Sistema de Defensa Civil: Simplemente no cumplió con las coordinaciones preventivas necesarias para enfrentar las lluvias, su actuación siempre se da después del desastre; No se coordinó oportunamente la limpieza de las torrenteras; están más interesados en realizar las inspecciones de defensa civil para las licencias de funcionamiento.
SEDAPAR: Se le responsabiliza por el colapso de las redes de agua y desagüe; es la empresa pública más repudiada por la mayoría de la población arequipeña; esta empresa es percibida como sinónimo de burocracia e incapacidad; en el corto plazo se deberían tomar urgentes decisiones sobre el manejo gerencial y directivo.
SENAMHI: No alerto oportunamente a las autoridades y opinión pública sobre el aluvión del pasado día viernes. Los “saludos hidrológicos” son de mal gusto frente a la desgracia. Menos “figuretismo” y más eficiencia.
Sociedad Minera Cerro Verde: Un sector de la opinión pública responsabiliza a la empresa minera de haber retrasado injustificadamente la ejecución y financiamiento de los intercambios viales; debe aclarar y deslindar públicamente sus responsabilidades.
Servicio de transporte público: Desapareció después de las lluvias, la población no tenía como desplazarse a sus domicilios, lo que aumento el pánico y caos.
Taxis: Simplemente fueron abusivos porque cobraban tarifas exageradas; algunos desadaptados circulaban a gran velocidad, mojando indiscriminadamente a las personas que transitaban por las calles.
Radio emisoras: Solo 2 ó 3 emisoras cumplieron un rol importante en dar a conocer lo que estaba sucediendo, alertando y orientando a la población; la mayoría de radios locales continuaba con su programación normal, como si nada sucedida, incluso había una radio que estaba más interesa en criticar el modelo económico chileno, que en dar cobertura a los hechos que sucedían en Arequipa.
Televisión local: Su cobertura informativa fue nula durante el aluvión, después de las lluvias solo mostraban imágenes de lo sucedido, aunque con serias limitaciones técnicas. No tenemos buena y oportuna televisión local.
Policía Nacional del Perú: Después de las 4 horas de lluvias, en el centro de la ciudad los delincuentes hicieron “feria”, la policía desapareció de las calles; había escaso personal policial que ayude a enfrentar el caos vehicular.
Población: Su principal responsabilidad es haber elegido a mediocres autoridades; haber realizado construcciones y edificaciones sin respetar el medio ambiente, las nuevas construcciones no han tomado en cuenta las lluvias (techos a 2 aguas, drenajes); el egoísmo consumista es su estilo de vida predominante; prevalece la “ley de la selva” del que tiene más plata e influencias; echar la culpa al resto de sus desgracias, es su responsabilidad.